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No me digas: Te amo.
¡Ámame!
No me digas: haré.
¡Hazlo!
y en el hacer de tus cosas
déjame ver
ese amor del que me hablas.
No me hables del amor
ni del futuro
mejor apégate a mi presente
y en ese apegarte a mi
ámame activamente.
Pero sobre todo,
por favor
no me escuches
cuando te pido
que no me digas “te amo”
ni hables del amor
ni del futuro,
que la distancia confunde
y es bueno
escuchar de tu boca
del deseo
del amor
y de esta locura loca
que nos une.
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